Apologética N°1

La magia de la lectura en clave personal

Pasión por lo escrito es quizás una idea que se acerca a definir lo que representa el sentido personal de mi vida, en una de sus muchas dimensiones. Y es que desde el omento donde mi memoria puede recordar, siempre tuve un lazo íntimo y muy especial con lo escrito, sean textos ajenos o los míos propios. La magia de materializar en trazos ideas y pensamientos me ha permitido descubrir mundos desconocidos, siempre llenos de nuevas interrogantes.

Cuando llegué por primera vez a la escuela, compartí con mi maestro una condición especial: Ambos éramos recién llegados, con muchas dudas e interrogantes. Él con la fuerza de su juventud y yo con la inocencia de un cordero en matadero, ergo escuela primaria. Debo confesar que mis primeros meses fueron un total fracaso: No aprendí a leer ni una sola palabra, andaba espantado de los rituales católicos, los curas y el estilo fascista del modo de ser “comunidad educativa”. Mi madre, preocupada por mi lento avance habló con el profesor y él le dio una sugerencia luminosa: En las vacaciones de invierno debía buscar revistas de comics y el asunto se resolvería. Como milagro mariano, la predicción del profesor Pérez dio resultado. No hubo un solo día en esos días de vacación del año 1978 donde no ocupé mi tiempo en aprender a leer y lo hice de manera autodidacta la mayor parte del tiempo. Desde ese momento supe que la lectura me iba a dar gratas sorpresas en el futuro.

El tiempo de los aprendizajes fueron más sencillos a partir de ese momento. Siempre brillé en las letras y tuve mis noches tristes con los números. Definitivamente no tengo talento para las ciencias exactas. Cuando más o menos tenía 12 años coincidí en algo con mi papá: La pasión por los libros. Solíamos salir los fines de semana a buscar en los libreros de la Montes alguna rareza de tapa dura o, en su defecto, visitar las pocas librerías que había en La Paz en ese momento, para ver que novedades se habían publicado. Ese fue un punto de inflexión muy importante, comencé a refugiarme en los libros y las realidades paralelas que descubría. Hasta ahora creo que fue una decisión fundamental, pero que trajo consigo el desfase emocional del misántropo y su poco afecto por el resto. Ahora que el gris trastoca en blanco, pienso que quizás podía haberme relajado más y asumido un papel más desenfadado, el de un adolescente normal, buscador de amores fugaces y de realidades banales.

Y fue precisamente cuando rayaba los quince o diecisiete años donde fue mi despertar político. A partir de los escritos de Guillermo Lora, me aproximé primero a los rudimentos del trotskismo y luego sentí mucha afinidad por el maoísmo y lo que se gestaba en el vecino Perú. Para mi eterna autocrítica fue ese el tiempo en el que radicalicé posiciones, rompí definitivamente con la Iglesia Católica (Una decisión de la que nunca me arrepentí) y decidí ingenuamente que debía pasar de la teoría a la práctica, sino en la sierra de Ayacucho en las tierras del Sandinismo. Sin embargo, la falta de orientación política concreta y la sobredimensionada rebeldía y entusiasmo terminaron por minar esos planes. Tiempo interesante porque me permitió conocer los contrastes de este país, más aún cuando pasaba mis días en un colegio de élite que vivía en un país de fantasía y donde todo era levedad.

Mi frustración política terminó por iniciarme en lo que más me ha gustado hacer en la vida. Escribir y ganarme la vida con ello. Siempre tuve una particular admiración por los periodistas y los periódicos y decidí que eso quería ser en la vida. No tuve dudas respecto a lo que quería estudiar: “´Periodismo”, pero lamentablemente esa carrera no existía, así que, en su momento, opté por la que más se acercaba. “Ciencias de la Comunicación”. Nunca me arrepentí.  Con poco más de 20 años, comencé a escribir y no paré por muchos años. Recorrí muchas salas de redacción y pasé de ser el aprendiz asustado a ser editor y responsable de contenidos. Con una sonrisa disimulada, debo decir que es el “mejor oficio del mundo”, parafraseando al gran Gabo.

En todo ese tiempo, los libros siempre fueron los amigos incondicionales que me han permitido sobrevivir diferentes circunstancias. Ahora, con casi 30 años de haber pasado esos gratos momentos, siento que mucho y nada ha cambiado. Lo digital ha quitado el valor de lo textual por un sentido de inmediatez sin contenido: Por el otro lado, pareciera que nada ha cambiado porque las mismas contradicciones están presentes, pero las respuestas olor a tinta y papel amarillo siempre están a la vuelta de página….

Ustedes y nosotros…

Ustedes y nosotros, al más puro estilo benedettiano.  Y es que ese sencillo poema es una declaración de principios respecto a cómo vivimos y morimos o vivimos casi muriendo (que no es lo mismo) en este nuevo mundo, totalmente reconfigurado por la pandemia y sus secuelas colectivas y personales.

Y es que en este mundo a veces coincidimos diferentes generaciones y visiones de mundo. Están por un lado aquellos que creen saber todas las respuestas y también quienes no les interesan ni preguntas ni respuestas. Aquellos que buscan vivir el frenesí del día a día y otros que viven preocupados por el futuro a largo plazo, inmovilizados en sus miedos. En grupo cerrados como guettos, muchos de ellos ven con desconfianza cuando alguien que no cuadra aparece y toma mucho tiempo (lo confieso) ser aceptado y reconocido. Cuando se da ese paso, es una experiencia de vida muy enriquecedora tener pares a los cuales puedes doblar en edad, pero te reconocen como uno más de ellos. Las visiones de mundo, las prioridades, las certezas y las dudas son diferentes y el intercambio es muy enriquecedor para ustedes y nosotros. Debo confesarlo, pero en los últimos años, los mejores amig@s que he tenido no han sido mis contemporáneos, sino aquellos que nacieron bajo el signo de lo digital, salvo honrosas excepciones. Y no es que uno se resista al paso del tiempo, o encuentre terapia psicológica gratuita en esas circunstancias. Definitivamente no. Hay mucho que aprender y desaprender de ambos escenarios, desde lo emocional a lo profesional. También, sin embargo, es cierto que uno debe lidiar con los prejuicios de una sociedad de pueblo chico como es la nuestra, donde algo que no encaja es mal visto y motivo de cuentos y comentarios.

Recuerdo una charla sabatina muy divertida en Burger King de la calle 2 en Obrajes, donde las sinergias se dieron de manera casual y se compartieron temas banales, pero que mostraron que las dudas, preguntas e incertezas son las mismas, seamos de un tiempo o del otro. Mis compañer@s, todos en la maravillosa década de los veinte (Salvo yo y la Susana) compartimos un espacio diferente…donde los códigos se reescribían o descifraban, dependiendo del sujeto y el momento. Hoy el tiempo y los virus nos han puesta en pausa momentánea, pero creo que sobre confianza construida no hay certeza de pérdida.

Las amistades no son sólo aquellas que duran décadas y están a prueba de todo, son también aquellas que se construyen de circunstancias afortunadas y no se miden por la recurrencia, sino por la circunstancia del encuentro. Mis camaradas aun los recuerdo y que sirvan estas líneas para decirles que ya llegará el tiempo de reunirnos…

Con afecto para Mauricio, Facha, Giorgio, Alelu, Helen y Susanita. Se los extraña!

2020, el año sabático

Quien iba a sospechar que este año marcaría el punto de inflexión para muchas personas en todo el país. La llamada pandemia ha logrado algo que muchos han intentado de forma infructuosa: trastocar los hábitos de la cotidianeidad y poner en tela de juicio muchas verdades hasta ese momento escritas en piedra.

Y es que el encierro nos ha permitido dialogar con nosotros mismos y con nuestros propios fantasmas. Esas verdades incómodas que se disimulaban con gentilezas o simplemente eran ignoradas, ahora son certezas que marcan el compás de horas, días y semanas. El adormecimiento de una ciudad intensa, llena de actividad y ruidos coloridos es ahora le certeza del silencio de las calles vacías a las nueve de la noche, donde el silencio y los perros callejeros son los dueños del espacio. Una primera reconstrucción a la cual nos ya nos hemos acostumbrado.

El encierro ha obligado a muchos y muchas a confrontarse con sus propios demonios y reconocer que en el tema de relaciones interpersonales nos hemos aplazado. Matrimonios casi rotos se han compuesto o finalmente se han despedazado con su saldo triste de violencia, familias no funcionales han aprendido algo de conviviencia o, en su caso, se han terminado de disgregar en aras de la salud mental. Finalmente, están quienes han tenido que aprender que la cordura se construye cada día, pues la soledad duele, pero más cuando es tiempo de pandemia… duele el doble. Segunda reconstrucción de como nos miramos en el espejo y vemos más allá de nuestro hombro

La muerte ha dejado de ser la referencia constante y es una realidad cotidiana. Todos han sido golpeados por la ausencia súbita de gente próxima que ha partido la encuentro del arquitecto del universo sin mucho bombo, ajenos a la posibilidad de una cura y encontrando que la vida es tan frágil como un cristal. Vivimos en tiempos donde no sabemos si amamos lo suficiente, si dijimos lo que debíamos u obramos de la manera que sentíamos. La parca nos ha quitado la venda de los ojos y nos ha mostrado que el ser auténtico es la única respuesta a un alma atormentada. Tercera reconstrucción de como nuestro ethos se reconfigura.

Nosotros mismos hemos quedado confrontados a nuestro orgullo inservible, en un mundo donde el rico muere sin poder respirar, pese a sus millones, pese a su insolencia, pese a su mundo perfecto. Al mismo tiempo, son legiones de gente pobre que muere en silencio, en una realidad donde atención médica y remedios son solo bromas crueles. Por un lado o por el otro, hemos asumido o hemos confirmado lo vano del ser humano y de su levedad en este mundo. Un parteaguas de nuestro rol en este espacio tiempo. Cuarta reconstrucción sobre cómo hemos reconnfigurado nuestra visión del mundo.

Mucha agua ya ha pasado bajo el puente y es inegable que este año ha sido la pausa urgente que el mundo necesitaba para mirarse el ombligo e hincar la rodilla al piso. Nunca más nada será igual o al menos nada será más rutina permanente.

Carta corta para una adolescente

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Para mi Dani:

Hoy escribo por la necesidad urgente de compartirte algo que trasciende más allá de nuestras cotidianas conversaciones sobre los amores locos de juventud, los problemas de la familia, las matemáticas, las travesuras de la lulú,  tantas cosas que nos ocupan…

Este último tiempo he podido ver en el día a día como has asumido un papel más maduro, más meditado, pero al mismo tiempo más exigente.

Hijita querida, desde el día que naciste (o supe que venías) mi alma se llenó de muchas inquietudes e interrogantes sobre cómo serías, que pensarías o que cosas te harían estremecer. Hoy, más de tres lustros después, te miro y mi corazón se llena de una tibieza extraña, referencia de un amor muy profundo e incondicional.

¡Cómo podría describirte? ¿Cómo poder resumir en unas líneas lo que representas para mí? Eso es difícil, pero quiero hacer el intento…

De inicio debo decir que todo lo bueno viene en sobre pequeño, en tu aparente fragilidad eres una persona muy fuerte, muy madura para los años que tienes… y eso hace que me llene de esperanza y fe en que el mundo, así como está lleno de cosas  duras, tiene en cada vuelta sonrisas y esperanzas. Cuando me dijiste que querías leer «De famas y cronopios» de Cortázar me hiciste sentir muy feliz… de ti misma salió algo que para mí representa mucho y forma parte de mis tesoros personales e íntimos. Nunca pierdas el hábito por leer porque ahí está la respuesta para muchas cosas.

Yo veo en tu alma mucha luz y bondad, crees en la gente y eso es algo inapreciable. Nunca cambies en tener fe en el mundo…eso es lo único que nos mueve hacia adelante.

A veces te digo que me riñes de todo y me observas mis descuidos… esa es una gran virtud… estas al pendiente de todo y siempre atenta…. no dejes nunca pasar nada que no te parezca correcto y siempre apóyate en la razón, más que en la fuerza o el atropello. Tu corazón debes hacerlo crecer, construyendo tus propios valores, estoy convencido de que lograrás muchas cosas en la vida porque tienes virtudes fundamentales: Bondad, firmeza y madurez.

Sé lo duro que ha sido para ti estos últimos años por los problemas que todos sabemos hay en casa…. eres una guerrera y mi refugio permanente para no pensar que todo está mal y que no merece la pena…tú me devuelves la fe en seguir siempre adelante. Sin embargo, sé que sufres por esa razón…. con mucha humildad te digo «lo siento», trataré de ser mejor padre para ti, porque lo mereces…eres una personita maravillosa.

Yo a tu edad tenía muchos sueños chistosos, logre muchos….otros los dejé atrás por muchas razones… quiero para ti que vayas tras tus sueños sin importar nada ni nadie….tú te mereces tener todas las oportunidades posibles para desarrollarte, crecer, ganar experiencias, amar, reír y también llorar, para que siempre tu corazón esté sensible y abierto a todo. Nunca dejes de soñar lo que quieres en la vida, porque hacerlo es morir en vida.

Vaya…estoy como que dándote consejos y no es  la idea…solo compartir algo que yo pienso de ti, contigo. Me siento muy preocupado por lo que yo llamo «dependencias». En tu caso eso me remite a las relaciones de pareja que tienes…. yo respetaré profundamente a tus parejas, pero jamás permitiré que te lastimen, ni ahora ni después… y es mejor que lo asumas así. Debes ser una mujer fuerte que no depende del humor de unos gañanes que no saben lo que quieren, y pasan su juventud sin dejar huella. Tu mereces amor un hombre que te respete, te quiera, te haga sentir princesa cada día y que eres especial en todo sentido… si logras encontrar alguien así estarás bendecida por siempre. Nunca bajes la cabeza o pidas perdón sólo por el miedo al abandono….parejas hay por cientos…pero tu vida es sólo una. Nunca dependas de un varón para ser feliz. Si quieres algo ve y tómalo por ti misma….

En la vida las cosas son para los que pelean por ella, por eso es importante nunca dejarse ganar por el cansancio y la comodidad. Tienes que siempre esforzarte, más aún en las cosas que no te gustan para poder superarlas y seguir adelante.

En resumidas cuentas mi pequeña, quiero decirte que estas llena de vida y tienes el mundo delante tuyo… ve y gánalo, con esfuerzo, amor e integridad… es tuyo…

Tu papá te ama tanto… que a veces duele….no sabes cuánto te extraño….todo el tiempo…

La levedad del tiempo personal

Uno de los puntos siempre «pendientes» en mi dizque agenda personal es disponer de tiempo libre para hacer cosas que me gustan: caminar sin rumbo fijo (mejor si es desde un barrio de verdad perdido hacia el centro de la hoyada), leer en el sosiego de la modorra de fin de semana, hacer música en solitario o ver una película que te humedezca la cara o te saque risas o sonrisas mal disimuladas.Otros pendientes menos gratos se añaden a esa lista con aire de perversidad doméstica: arreglar el archivo de documentos, resolver desperfectos domésticos de toda índole y tratar de limpiar y ordenar una casa que en su caos tiene un sentido de orden y distribución que he llegado a tolerar con simpatía.

Con cuatro décadas y más encima, soy de una época más simple, con códigos y valores diferentes y donde snapchat, face o instagram no habían reemplazado lo vital de comunicar y escuchar en «vivo y directo». La construcción de sentidos ha cambiado tanto que ahora basta un pequeño aparato y dos pulgares para abstraerse de un mundo que quizás es demasiado cruel y ajeno a los hijos «ninis» que abundan en toda familia (la mía no es la excepción).

Extraño muchas cosas de ese otro tiempo, probablemente porque no entiendo y me resisto a una época compleja, llena de artilugios, tecnología y nuevos códigos de conducta. He decidido que mis «pendientes» dejen de estar en la vereda del frente y se vengan acá cerca mío, mientras más íntimos y personales mejor y con la bandera de una misantropía moderada.

Después de darle vueltas al asunto, he elaborado una nueva lista de pendientes (incompleta de forma permanente), pero con un aire  más propio y sincero con mi contradicción. Entre algunas cosas que quiero priorizar están:

  • Disfrutar de la magia de la radio: En mi tierna infancia la radio me llevaba a mundos imaginados e imaginarios, llenos de personajes y situaciones particulares. Aún hoy sobreviven radios en esta ciudad donde la palabra se respeta y se dignifica y dónde la música es un complemento y no un pretexto facilón de programación. Desde los riffs de la casa Juvenil de las Culturas con mi amigo Jaime Palillo a cargo hasta la nostalgia de radio Mundial. La oferta está planteada.
  • Buscar el espíritu paceño: El tránsito de ciudad a metrópoli ha herido de muerte costumbres  de tiempos más felices (por lo menos para mí). Dejar de lado la comodidad del coche para caminar por las estrechas callejuelas de Chuquiago, comer salteñas sentado en una plaza, buscar (quizás infructuosamente) al viejo heladero de la plaza Avaroa que empujaba un carrito azul y que sólo vendía helados de barquillo a 50 centavos o pasear por los tambos donde caseras gordas como garrafas administraban un reino frutal interminable.
  • Intentar hacer una memoria fotográfica: Pierre Bordieu se refería a las fotos familiares como un signo distintivo de las prácticas burguesas y de la legitimación y construcción de su «hábitus» de clase. Nada más gratificante aún que comenzar a ver fotos en blanco y negro y revisar el archivo fotográfico digital para ver como todo cambia, como las sonrisas de la juventud se trastocan en las caras serias de la madurez, o cómo los bebés que teníamos en brazos ahora son miembros de nuevas familias o como la juventud de nuestros padres se contrasta con los pliegues intensos de la vejez.la magia de las fotos está ahí: trae fugazmente de vuelta realidades que habíamos olvidado y que registramos porque nos hacían muy felices en cierto momento.
  • Leer más papel y menos pantalla: Qué paradoja pero que verdad más real. En tiempos de redes sociales es muy difícil negarse la oportunidad de estar «conectado» con el mundo, pero haré el esfuerzo de darme un tiempo para sentarme los domingos,o sábados a leer el periódico o un buen libro sin las prisas del ahora, con el espíritu de disfrutar de lo textual y de la recreación de mi imaginación.

Y bueno, puedo aumentar la lista, pero no tiene caso. Mejor algunos puntos para el futuro inmediato. Eso sí, me daré una licencia personal: Retoma´re el mal hábito de poner en texto las cosas que pasan por mi cabeza o me sacan sonrisas o lágrimas. Tengo una máquina de escribir pero eso sería muy friki, así que usaré nomas este blog que había dado por muerto.

POSDATA: Me olvidé algo central. Ver por enésima vez la película Chuquiago (En la foto de abajo el Isico trabajando duro en una de las mejores escenas de la película). Ahí descubro al hechicero del Ande.

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La impostura local de la guerra global

La sombra del miedo envuelve el mundo en estas horas. Los ataques en París han sacudido la ficción cotidiana en la que vive mucha gente, mostrando que el espectáculo de la guerra que ven desde la tele muy cómodos en sus camas y sillones también está cerca sus puertas. Y no es sólo el horror de la muerte de tantos inocentes, sino la hipocresía global del denominado «mundo civilizado» que ahora se ve alcanzado por las armas que ellos mismos fabrican para que países pequeños se masacren ritual y cíclicamente.

Las cadenas globales de televisión y las denominadas redes sociales han mostrado cuál es su verdadera agenda y a quienes responden. De manera reiterada, hora tras hora, y al más puro estilo goebbeliano, utilizan a las víctimas inocentes de una sociedad civil para justificar el odio y la discriminación hacia migrantes y musulmanes. Lo que pasó en Le Bataclan y en otros lugares nos hace erizan los pelos, porque siempre que estas mismas cosas pasaban en Siria o en la Franja de Gaza teníamos el recurso de hacer «zapping», adormecer la conciencia y exaltar nuestros sentidos con otras cosas.

Todos los perfiles de facebook están con una banderita de Francia en estos momentos. Como  un reguero de pólvora, el «trending topic» es la masacre y la condena.  Algunos lo harán convenidos de la justeza de su línea o porque estudiaron en el país galo o porque tienen amigos o parientes allí, pero más allá de eso..no se pronunciaron cuando Francia bombardeó civiles en Siria o no hizo nada cuando el Estado Islámico masacraba yazidíes en el desierto: No señores y señoras, la ética es en todo momento…. no sólo cuando es «políticamente correcta» o la moda así lo manda. Las masacres son pan de cada día, pero no nos interesan porque están muy lejos o porque son palestinos o musulmanes o terroristas…fácil poner una etiqueta y que se jorobe el resto. Claro, también es fácil poner banderitas de colores…solo es impostura..nada más.

La fiesta mediática sigue y seguirá y las masacres en el mundo se van a intensificar más…pero claro, seguiremos sentados viendo nuestras teles o celulares, poniendo likes a «memes» que no sabemos quién los hizo ni porqué. Seguiremos transando la ética por la moda de estar «in» a costa de la muerte globalizada.

La Paz, 15 de noviembre de 2015

Nevada en París
Nevada en París

Construyendo castillos de papel

No se poque pero volví…en estos tiempos de levedad…redes sociales azules y verdes… me reeencontré con este mi espacio..que nunca se perdió estaba ahí…solito, silencioso…siempre lleno de mis sensaciones…mis preguntas…..

El poder de la palabra

En tiempos de desencantos profundos, de un facebook que nos ha vuelto autómatas de la nube y de la frivolidad, donde los sentipensantes son menos de los pocos que eran hace unos años y donde la cultura de lo escrito pasa por sintetizar el texto y el sentido lo más posible, la idea de volver a escribir acá me dio un poco de pavor íntimo. No porque mi niña ya tiene 17, porque su hermana tiene 11 y tiene los hilos de mis afectos sinceros en sus manos o porque ya voya los veinte años de una relación particularmente intensa en sus luces y sombras; sino porque me llegó el momento de sentir que vacié mi alma de muchas cosas y necesito llenarla de nuevo. Es una necesidad egoísta, muy personal… pero que estoy seguro me permitirá volver a reencontrarme con mis temas pendientes…
Así que sus mercedes están avisadas…
Primavera del 2011

Adiós a mi niña


Recuerdo que escuchaba hasta hace algunos años un tema de JM Serrat que hablaba del día de las partidas inevitables y del dolor y la nostalgia emergente de un padre que sentado esperaba el retorno de su hija amada. Salvando las distancias de los versos de mi trovador preferido, me siento hoy acongojado por la realidad de estas horas… y es que mi primogénita cumple los tan esperados quince años… y no hay persona más feliz que ella (seguramente augura cambios trascendentales en su vida), mientras yo callo y trato de entender, pero la verdad que me siento asustado por la vida que vuela por nuestras vidas.
Y es que están pasando antes mis ojos los momentos en que su madre, mi esposa, estaba pariendo..y antes de que yo termine de limpiarme las lágrimas ella ya estaba en manos del doctor (un lejano pariente mío) y lloraba con todas sus fuerzas… clamando por aire, por vida, por sueños, miles de sueños.
Te recuerdo Adrianita, el día que saliste de preescolar a buscarme a mi oficina con un pequeño regalo por el día del padre y la tristeza de tus ojitos al no poder encontrarme (salí a recogerla y nos cruzamos en el camino) … esa lagrimitas me siguen mortificando tanto tiempo después.
El primer día de colegio… tu uniforme nuevo…y los deberes, tantas cosas que pasamos juntos.
Y no olvidaré nunca esa tarde cuando soprendido miraba una pareja de muchachitos que se besaba en la puerta de mi edificio y mi sopresa infinita a ver que era mi niña quien tomaba amorosamente de la mano a su pareja..Siempre fuimos tan unidos y sin embargo hoy te extraño tanto…que me duele.
Ya estas en el umbral de los quince años y la verdad que una parte de mi vida termina hoy…las sonrisas y los juegos de mi pequeñita, las complicidades que teníamos están guardadas en mi corazón…mañana abriré mi alma a una mujer hermosa, brava y decidida en sus contradicciones…
Algo no ha cambiado adrianita… te amo profundamente, porque tu cambiaste mi vida y diste sentido pleno a mi realidad..te quiero hijita…
Mañana abriré una nueva puerta y entrarás de nuevo…ya no estarás lejos de casa…

Este video es para vos

Lo que significas…quince años después

Amor y Amistad
En el Internet dice que después de 15 años de casado se celebran las Bodas de Cristal…en un par de días, el jueves 27 yo cumpliré 15 años de estar junto a los Ojos Tristes y me he puesto a pensar que es lo que significa quince años de estar juntos y siento que tengo una carga de información, recuerdos y sensaciones que me apabullan… son tantas cosas.
Significa haber apostado por dejar muchos de nuestros sueños personales y haber volcado todo en las dos bendiciones que Dios nos entregó para que las hiciéramos crecer y fructificar… Adriana y Daniela han cambiado el sentido de estos quince años…nos han acompañado a sol y sombra y siempre nos recuerdan lo maravilloso que es el mundo a pesar de todo.
Significa saber perdonar y siempre dar lo mejor de uno (Quizás yo tengo más que aprender de esto que nadie), una paciencia infinita que se fortalece en el amor.y la capacidad de comprender las limitaciones mutuas. Aquí, Ojos Tristes, tu eres quien más ha dado siempre y solo puedo decir… que he sido bendecido desde arriba contigo..eres una mujer increíble, única, retadora. Tu sabes que amarte es difícil, pero nunca quise tener todo resuelto porque asi la vida se torna aburrida y sin sentido.
Significa haber crecido juntos..desde los muchachos asustados que éramos a las personas que somos, con virtudes y defectos, con miedos y esperanzas, y con ya las canas que comienzan a pintar la cabeza. Significa muchas cosas: alegrías de Fin de Año, viajes a los pagos del Sur, roturas de brazos, adioses a nuestro primer auto, Octubre del 2003, el día en que supe que ya mi hija tenía novio, el domingo que volvimos con una cajita y trajimos a Coco a nuestras vidas…tantas cosas.
Significa todo lo que «Mi familia» quiere decir y que tú y yo sabemos muy bien…
Significa que el cambio está en uno mismo y que sólod epende de mi arreglar los problemas que surgen a veces y vencer los miedos que me acompañan de vez en cuando..
Pero lo más importante es que quince años significa que tú y yo dejamos de ser eso y nos volvimos «nosotros»..Ojitos Tristes, no sabes cuánto te quiero….